El silencio a veces es refugio,
otras veces es cárcel.
Es ese lugar donde guardamos
lo que duele, lo que pesa, lo que callamos.
Pero cuando el silencio se hace eterno,
la herida permanece abierta.
Porque lo que no se dice
se pudre en el alma,
se convierte en sombra,
y roba la luz de nuestra esencia.
La voz, en cambio, libera.
Nombrar lo que nos duele
es el primer acto de valentía.
Hablar es darle oxígeno a la herida,
es permitir que cicatrice.
🌸 Tu voz no solo cuenta historias,
tu voz sana memorias.
Es el puente entre lo que fuiste
y lo que decides ser ahora.
Cuando te atreves a hablar,
rompes cadenas invisibles.
Cuando dices tu verdad,
otras mujeres recuerdan la suya.
Y juntas, las voces se vuelven eco,
y ese eco se transforma en libertad.
“Honro mi silencio, pero abrazo mi voz.
En cada palabra me reconstruyo,
en cada verdad me libero,
y en mi propia voz encuentro mi sanación.”
Patty Lòpez
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